¿ Cual de estas respuestas es la correcta sobre la psicopatología?

EL HOMBRE QUE CONFUNDIÓ A SU MUJER CON UN SOMBRERO

BIOGRAFÍA DEOLIVER WOLF SACKS

Oliver Wolf Sacks (n. 9 de julio de 1933, Londres) es un neurólogo inglés que ha escrito importantes libros sobre sus pacientes, seguidor de la tradición, propia del siglo XIX, de las «anécdotas clínicas» (historias de casos clínicos contadas a través de un estilo literario informal). Su ejemplo favorito es The Mind of a Mnemonist (en español Pequeño libro de una gran memoria: La mente de un mnemonista), de Alexander Luria.
Se graduó en el Queen's College de la Universidad de Oxford y se doctoró en neurología en la Universidad de California. Vive en Nueva York desde 1965. Actualmente es profesor clínico de neurología en el Escuela de Medicina Albert Einstein, profesor adjunto de neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York y neurólogo de consulta para las Hermanitas de los Pobres. Ejerce en la ciudad de Nueva York.




Resumen:

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, es una extraordinaria revelación, se convirtió inmediatamente en un clásico y consagro a Oliver Sacks como "uno de los grandes escritores clínicos del siglo" (The New York Times), como atestiguaron más tarde Un antropólogo en Marte y otros singularísimos textos.
En este libro, Oliver Sacks narra veinte historiales médicos de pacientes perdidos en el mundo extraño y aparentemente irremediable de las enfermedades neurológicas. Se trata de casos de individuos aquejados por inauditas aberraciones de la percepción que han perdido la memoria, y con ella la mayor parte de su pasado; que son incapaces de reconocer a sus familiares o los objetos cotidianos: que han sido descartados como retrasados mentales y que, sin embargo, poseen insólitos dones artísticos o científicos. Por extraños que parezcan estos casos, el doctor Sacks los relata con pasión humana y gran talento literario. Son estudios que nos permiten acceder al universo de los enfermos nerviosos y comprender su situación frente a las adversidades. Como gran médico, Oliver Sacks nunca pierde de vista el cometido final de la medicina: "el sujeto humano que sufre y lucha".

"Sacks juega con nuestras experiencias rutinarias para conducirnos por las maravillosas aventuras de la mente. Es imposible permanecer indiferente ante esta obra que sin duda se ha convertido ya en un clásico" ( New Society)



Capitulo 1 EL HOMBRE QUE CONFUNDIÓ A SU MUJER CON UN SOMBRERO

El doctor P era un músico distinguido, había sido famoso como cantante, y luego había pasado a ser profesor de la Escuela de Música local. El fracasaba cada vez más en la tarea de identificar caras. Le diagnosticaron diabetes y fue a un oftalmólogo, pero le dijo que no tenía nada en la vista y le propuso que fuera al neurólogo. Fue a visitar al doctor Sack y empezó a examinarle. Le hizo unas pruebas y en una de ellas extendió la mano y cogió a su esposa por la cabeza intentando ponérsela, parecía que la había confundido a su mujer con un sombrero. Al cabo de unos días Sack volvió y le siguió haciendo pruebas con una baraja, un libro de caricaturas, una película sin sonido y le dio una flor roja que le costó mucho identificarla y después con un guante. El doctor P fue a hablar con la señora P y le pregunto que como podía vestirse, le dijo que todo lo hace canturreando y si algo se interrumpe se pierde el hilo. El doctor creía que para él la música había ocupado el lugar de la imagen.



Aqui teneis la definición de agnosia:

http://www.portalesmedicos.com/diccionario_medico/index.php/Agnosia
 
 
Capitulo 2 EL MARINERO PERDIDO 1

Jimmie era un hombre de buen aspecto que tenia cuarenta y nueve años, era alegre cordial y afable pero tenía amnesia. El neurólogo salió de la habitación y al entrar Jimmie no recordaba quien era. El neurólogo decidió examinarle. Al examinar su memoria se encontró con una pérdida extrema y sorprendente del recuerdo reciente hasta el punto de que cualquier cosa que se le dijese o se le ostrase se le olvidaba al cabo de unos segundos. Buscó información y luego recibieron un breve informe del Bellevue Hospital. Localizaron a su hermano y pensaron que le aportaría mucha información. Su hermano dijo que él había sufrido un trastorno de memoria del tipo korsakov, por el consumo de alcohol. El neurólogo escribió a Luria y le pidió su opinión. Jimmie fue a la iglesia y se dieron cuenta de que allí se encontraba a sí mismo, encontraba continuidad y realidad en el carácter absoluto del acto y de la atención espiritual Jim se hizo cargo de algunas tareas del jardín que se le hizo más familiar que el interior de la residencia.
Aqui teneis la definición del sindrome de korsakov:

3 LA DAMA DESENCARNADA

Sherringon llamó una vez <<nuestro sentido secreto, nuestro sexto sentido, ese flujo sensorial continuo peroincosciente de las partes móviles del cuerpo (músculos, tendones, articulaciones). Este descubrió en la <<prioporción>>, para distinguirlo de la <<esterocepción y de la <<interocepción>>.

Después hablaron de Christina era una joven vigorosa de veintisiete años, aficionada al hockey y a la equitación segura de sí misma, fuerte de cuerpo y de mente. Tenía dos hijos pequeños y trabajaba como programadora en su casa. Tenía un dolor abdominal, se descubrió que era porque tenía piedras en la vesícula y se aconsejó la extirpación. Ingreso en el hospital y el día antes de la intervención tuvo un sueño inquietante de una extraña intensidad. Aquel mismo día el sueño se hizo realidad, era incapaz de mantenerse en pie y sus movimientos eran torpes e involuntarios. Llamaron al psiquiatra, porque parecía que se irritaba. Christina había perdido el aflujo normal y su postura y tonos vocales proprioceptivos normales y tenía que recurrir por ello a los oídos, retroacción auditiva, como sustitutivos. Christina había triunfado y fracasado porque no esta recuperase del todo, pero salió del hospital y no pudo estar con sus hijos. Muchos hombres y mujeres habían ingerido cantidades enormes de vitamina B6, pero a diferencia de Christina, pueden mejorar en cuanto dejen de envenenarse con piridoxina.


 
4 EL HOMBRE QUE SE CAYÓ DE LA CAMA

Un joven que acababa de ingresar estaba muy nervioso y muy raro. Cuando llego Dr. Sacks se encontró al paciente echado en el suelo junto a la cama mirándose fijamente una pierna humana cortada. Pensaron que una enfermera se la había metido a él, para gastarle una broma cuando estaba aún completamente dormido. El Dr. Sacks le preguntó que si esa no era su pierna y que donde estaba su pierna, el joven dijo que no sabía, que se había perdido. Después de publicarse la historia recibió una carta de un eminente neurólogo, el doctor Michael Kremer.

Hemiplejia

5 MANOS

Madeline J. ingresó en el ST Benedict´s Hospital, cerca de Nueva York en 1980. Tenía sesenta años, ceguera congénita con parálisis cerebral y su familia la había cuidado en casa durante toda su vida. Con estos antecedentes y su patética condición pasmodismoy atetosis, movientos involuntarios de ambas manos. Le preguntó que si había leído mucho porque parecia que dominaba muy bien el método Braile pero ella dijo que las lecturas se las hacían otras personas. Las manos de la señorita J eran ligeramente atetosicas y espasmódicas, pero su capacidad sensorial se hallaba completamente intacta. Madeline no tenía ningún repertorio de recuerdos porque no había usado las manos nunca ni tampoco los brazos. Le habían dado siempre de comer, nunca había hecho por si sola sus necesidades, nunca había intentado valerse ella, siempre había dejado que le ayudaran los demás. Su primer acto para mover el brazo fue su primer uso de las manos, cogió una rosca y se la llevo a la boca, tras esto el progreso fue  rápido. Se lanzó a explorar, a tocar, el mundo entero. Madeline empezó a modelar cabezas y figuras, en un año era famosa en el lugar, como la Escultora Ciega de ST Benedict´s.
 
 


6 FANTASMAS

 

Silas Weir Michell describió y analizo con todo detalle a los fantasmas. Unos eran extrañamente espectrales e irreales. Cuenta algunas historias que han sucedido y que contienen en ellas “objetos fantasmas” como la del dedo. Un marinero perdió un dedo y le persiguió muchos años hasta que a este paciente contrajo una neuropatía diabética sensorial grave y perdió la sensación de poseer dedos en ese momento el dedo fantasma desapareció. Cuenta la historia de Charles D que se caía muy a menudo porque sentía que su pierna y había habido sospechas de un trastorno en el laberinto. Un examen más detenido mostró claramente que lo que tenia no era vértigo ni mucho menos, sino una agitación de ilusiones posturales en continuo cambio. Después reflexiona sobre fantasmas vivos o muertos.



7 A NIVEL

Conoció al señor MacGregor, en la clínica neurológica de St. Dunstan´t, una residencia de ancianos donde trabajó tiempo atrás, pero lo recordaba como si fuese ayer. El señor tenia noventa y tres años y no aparenta más de sesenta estaba despierto y era inteligente aunque tenía la enfermedad de Parkinson. A este señor se le ocurrió ponerse un nivel fuera del cuerpo y cerca de la vista para poder ver cuando se inclinaba y corregirlo. El experimento funcionó perfectamente, al principio era algo incómodo pero luego ya miraba el nivel automáticamente. Las gafas del señor MacGregor causaron verdadero furor en St.Dunstan´n. pronto un segundo paciente, luego un tercero, llevaron las gafas de burbuja del señor MacGregor y como él, pudieron caminar derechos, a nivel.

 
8 ¡VISTA A LA DERECHA!

La señora S una mujer inteligente de sesenta años, ha sufrido un grave ataque que afecta a las partes posteriores y más profundas del hemisferio cerebral derecho. Ella ha perdido totalmente la noción de izquierda, tanto por lo que se refiere al mundo como a su propio cuerpo. A veces se pinta los labios y se maquilla la mitad derecha de la cara, olvidándose por completo de la izquierda. El Dr. Sacks le puso una cámara de video para que viese el lado izquierdo de su cara como si fuese el lado derecho pero no resultó porque era muy incómodo debido a que la señora S. no sentía nada en su lado izquierdo.



9 EL DISCURSO DEL PRESIDENTE


El presidente conmovía, como siempre, a sus conciudadanos, pero los movía, al parecer, más que nada, a reírse, los pacientes padecían la afasia global o receptiva más grave, la incapacidad para entender las palabras A sus amistades, a sus pacientes, a las enfermeras que los conocían bien, les resultaba difícil creer a veces que fuesen afásicos. El neurólogo tenía que esforzarse muchísimo para demostrar su afasia, hablar y actuar no-naturalmente, para eliminar todas las claves extra verbales, el tono de voz, la entonación, la inflexión o el énfasis indicadores, y adema todas las claves visuales.

El afásico no es capaz de entender las palabras, y precisamente por eso no se le puede engañar con ellas. Lo que un perro es capaz de hacer en este campo, son capaces de hacerlo también los afásicos y a un nivel humano.

Uno de los pacientes era Emily D que tenía un glioma en el lóbulo temporal derecho. Descubrió que tenía que prestar muchísima atención al sentido preciso de las palabras y de su uso. Emily escucho el discurso del presidente pero no le conmovió. La paradoja del discurso del presidente era que a nosotros nos engañan con las palabras combinadas con un tono engañoso.
 
 
 
 
 
Segunda parte
 

10 RAY, EL <<TICQUEUR>> INGENIOSO
Gilles de la Tourette, alumno de Charcot, describió el asombroso síndrome que hoy lleva su nombre en 1885. El <<síndrome es el de Tourentte>>, como se le denomino inmediatamente, se caracteriza por un exceso de energía nerviosa, una gran abundancia y profusión de ideas y movimientos extraños: tics, espamos, poses peculiares muecas, ruidos, maldiciones, imitaciones involuntarias y compulsiones de todo género. Para Tourette y sus colegas era evidente que este síndrome constituía algo así como una posesión del individuo por instintos e impulsos primitivos, pero también que se trataba de una posesión con una base orgánica, de un trastorno neurológico muy definido, aunque todavía por descubrir. En realidad algunos médicos lo consideraban como una cosa mítica, un producto de la fértil imaginación de Tourette.
El olvido de la enfermedad del sueño y del síndrome de Tourette tienen mucho en comun. Ambos eran trastornos extraordinarios y raros, al menos para una medicina de criterios estrechos.
Lo que se ha descubierto en estos últimos diez años es una clara conformación de lo que i tuyo y Tourette que dice que el síndrome tiene realmente una base neurológica orgánica.
Un día llegó Ray a la consulta, padecía el síndrome de Tourette desde que tenía cuatro años, había ido al colegio, a la universidad y estaba casado. Sus múltiples tics de extrema videncia hicieron que le despidiesen de varios trabajos y había puesto en peligro su matrimonio. El Dr. Sacks le recetó un cuarto de miligramo de Haldol tres veces al día. Ray volvió a la semana con el ojo morado y la nariz rota, el Haldol lo había desequilibrado por completo, alterando su velocidad, su ritmo, sus reflejos increíblemente rápidos. Ray sacó el mejor partido posible y ahora lleva una vida plena a pesar del tourettismo, a pesar del Haldol, de la no libertad y el ardid.
11 LA ENFERMEDAD DE CUPIDO
Natasha K, una mujer inteligente de noventa y ocho años se sentía con mucha más energía, más viva y joven. Empezaron a interesarle los hombres jóvenes y sus amistades empezaron a preocuparse. Ella decía que tenía la enfermedad del Cupido, la sífilis porque estuvo trabajando en un burdel en Salónia. El fluido espinal dio positivo, tenia neurosifilis y acudió a una clínica.
Aparece Miguel un hombre sencillo, pero con cierta dificultad de habla y de la audición. El día que le vio estaba muy excitado y le pidió que hiciera un dibujo. Se dieron cuenta de que tenía parkinsoniano.

12 UNA CUESTIÓN DE IDENTIDAD
Thompson no recordaba al Dr. Sack hasta que al final se dio cuenta que estaba en una consulta y no en su tienda como había creído hasta ahora. Le preguntó al Dr. Sacks si estaba loco y qué hacía allí. Thompson nada más salir del hospital empezó a delirar y dejo de reconocer a la familia. Lo que le salva y le condena por una parte es la superficialidad forzada o defensiva de su vida. El vive en otra realidad en la que tampoco se siente muy a gusto según el Dr. Sacks. Lo que brota en su confabulación es que tiene una cualidad de indiferencia, como si no le importase en realidad lo que dijese como si ya nada importase en realidad. Una tarde comenzó a contar una historia que iba inventándose sobre la marcha.
William hablaba de su hermano en el mismo tono que cuando hablaba de lo irreal, todo lo contrario que en el caso de Jimmie que al estar con su hermano ya no se sentía perdido. Todos estos pacientes están condenados porque lo dañado no es simplemente una facultad sino la ciudadela misma, el yo, el alma.                                   

 13 “SI, PADRE-HERMANA”

La señora B., antigua química, había experimentado un cambio de personalidad, se volvió chistosa, impulsiva y “superficial”, su amiga decía que ya no se preocupaba por nada.
Al principio creían que era hipomaníaca pero luego se dieron cuenta que tenía un tumor cerebral. La Sra. B. tenía un carcinoma inmenso que afectaba a los sectores orbitofrontales de los dos lados frontales.
La primera impresión que tuvo el Dr. Sacks de ella fue que era una chica muy alegre y divertida.
La Sra. B. le dijo al Dr. Sacks que parecía un cura (padre) por la barba, una hermana por la bata blanca y un médico por el estetoscopio, el Dr. Sacks se quedó muy extrañado con eso y le preguntó si lo miraba a él en absoluto y ella contestó que no. Conocía la diferencia entre padre/hermana/médico y también entre izquierda/derecha pero decía que no significaba nada para ella, el Dr. Sacks le preguntó que si ese “no significar nada…” le molestaba y ella le contestó que no.
En el rostro de la Sra. B. no se reflejaba ninguna expresión de ayuda; su mundo estaba vacío de sentido y de significado; nada resultaba ya “real” (o “irreal”); todo era “equivalente”o “igual”; todo el mundo había quedado reducido a una insignificancia jocosa. Esto le parecía muy raro al Dr. Sacks y también a las amigas de la Sra. B., pero ella se mostraba indiferente, despreocupada. La señora B. no estaba presente como persona.



14 LOS POSEÍDOS

En este capítulo habla del síndrome de Tourette pero en una forma más avanzada, más fuerte, es el síndrome de supertourette.
Esta forma del síndrome cuando posee a una persona desintegra su personalidad y la conduce a una forma extraña, fantasmagórica, pantonímica y con frecuencia imitativa de «psicosis» o frenesí. Esta forma del síndrome es muy rara, no se da tanto como la forma base/original de este síndrome. Se distingue en su fenomenología y su psicología subyacente, y exclusiva. Guarda afinidades con las psicosis motoras frenéticas que a veces provocan la L-Dopa y con los frenesís confabulatorios de la psicosis de Kornakov. Todos estos trastornos pueden casi aplastar a una persona.
Por la calle el Dr. Sacks vio a más de una persona que no sólo tenía tics y convulsiones del movimiento (tourette) sino tics y convulsiones de la percepción, la imaginación, las pasiones…de toda la personalidad (supertourette).
La «neurología de la calle» tiene antecedentes respetables. En la calle fue donde James Parkinson descubrió la enfermedad que ahora lleva su apellido, ésta se debe de observar en la calle.
Al tratar a Ray, el Dr. Sacks veía a mucha gente por las calles de Nueva York, gente que padecía lo mismo que Ray. Pronto recordó a una viejecilla que parecía ser el centro de un alboroto, esta anciana tenía unas convulsiones increíbles. El Dr. Sacks se acercó, aquella anciana estaba imitando a todos los transeúntes, captaba a todas las personas y las caricaturizaba, adoptaba y asimilaba las características y las remedaba. Aquella mujer que imitaba a todos los que pasaban por la calle perdía su yo, se convertía en nadie. La anciana se fue a una calle donde apenas pasaba gente y allí vomitó las identidades engullidas de las últimas cincuenta personas que le habían poseído en tan solo diez segundos, al Dr. Sacks le sorprendió bastante, nunca había vivido algo parecido y este hecho le fue de gran ayuda.
Una persona que padece tourettismo percibe su desdicha con una agudeza aplastante y quizás irónica, aunque puede que sea incapaz de hacer algo al respecto, a esta persona la arrastra el impulso extravagante, se ve arrastrado a una situación ambigua con su trastorno.
Para Hume la identidad personal es una ficción: no existimos, no somos más que una sucesión de sensaciones o percepciones, esto no se cumple en una persona normal porque éste posee sus propias percepciones pero si es aplicable a un ser tan inestable como el que padece supertourettismo, cuya vida es una sucesión de movimientos y percepciones convulsivos o imprevisibles, una agitación fantasmagórica sin centro ni sentido alguno. En ese aspecto el paciente del síndrome de Tourette es un ser «humeano» más que humano, es decir, un ser insensato, absurdo que es lo que significa humeano.
La víctima del super tourettismo se ve obligada a luchar para sobrevivir…para convertirse en un individuo, y sobrevivir como tal, frente a un impulso constante. En la mayoría de los casos la víctima lo consigue… pues la capacidad de supervivencia, la voluntad de sobrevivir es la más fuerte de nuestro yo. La salud, la salud militante, es la que finalmente triunfa.

Tourette



15 "REMINISCENCIA"
A la señora O'C., un poco sorda pero con lo demás en perfecto estado, una noche le pasó algo muy extraño, en enero de 1979, soñó clara y nostálgicamente con su infancia en Irlanda, con las canciones que allí cantaban y con la música que bailaban, cuando despertó seguí escuchando la música y creyó que alguien se había dejado alguna radio encendida pero después de comprobar todas las radios se dio cuenta de que no había ninguna encendida, después pensó que eran los empastes porque había oído rumores de que los empastes emitían sonidos, se quejó a la enfermera y ésta le dijo que a sus empastes no les pasaba nada, más tarde pensó que qué radio iba a poner las canciones que a ella le gustaban y nada más y se preguntó si la radio estaría en su cabeza.
Cuando visito al sack, la conversación no fue fácil porque la música apenas le dejaba escuchar lo que decía el doctor, sólo le podía oír cuando sonaban las más débiles. El Dr. Sacks no pudo localizar ningún problema neurológico, pero sospechaba que la música era «neurológica». El Dr. Sacks se preguntaba qué podría haberle sucedido a la señora O'C. para llegar a aquella situación, ella tenía ochenta y ocho años, buena salud, y no le administraban ningún medicamento, y el día anterior estaba normal. El Dr. Sacks quiso hacer un electroencefalograma para prestar atención a los lóbulos temporales del cerebro, todavía no podía hacerlo, en el periodo de espera se atenuó la música, disminuyó de intensidad, y era menos persistente. Cuando puede hacer el electroencefalograma sólo oía fragmentos breves y esporádicos. La señora O'M. oía y veía al Dr. Sacks con dificultad en sus alucinaciones y la señora O'C. también. Las alucinaciones o sueños epilépticos que sentían no son fantasía, según demostró Penfield eran recuerdos acompañados de las emociones que sentían en ese momento.  Sacks comenta un artículo que salió en el New York Times titulado « ¿Tenía Shostakovich un secreto? El Dr. Sacks le aplicó un tratamiento con anticonvulsivos y dejó de tener convulsiones musicales. Cuenta que hace poco la volvió a ver y le preguntó que si las echaba de menos, ella contestó que no, que estaba mejor sin ellas. Esther Salaman dice que todos somos «exiliados de nuestro pasado» y como tales necesitamos recuperarlo. A diferencia de la señora O'M., a quien los ataques le resultaban agotadores y tediosos, a la señora O'V. le perecían un alivio para el espíritu. Le proporcionaban el sentido elemental que ella había perdido (haber tenido hogar, haber sido mimada, amada y cuidada). La señora O'C. rechazó los anticonvulsivos. Cuando su enfermedad mejoró decía que ya se habían cerrado las puertas, que estaba perdiendo esos recuerdos otra vez. En su caso la «reminiscencia» epiléptica se centró en algo inconsciente, en experiencias desvanecidas o desterradas de la conciencia, y las restauró, sacándolas a la conciencia y al recuerdo pleno. Aunque la puerta se cerró, la experiencia en sí no se olvidó.

Reminiscencia










Cap.16: “Nostalgia incontinente”
El doctor Sacks llegó a calificar a la L-Dopa como “una especie de máquina del tiempo extraña y personal”. El Dr. Sacks se puso a escribir la historia de una paciente que se llamaba Rose R. y pensó menos en términos de “reminiscencia” y más en términos de “obstrucción” esta señora no había pasado nunca del año 1926; pronto se acordó en los términos que escribía Harold Pinter describiendo a “Deborah” en A Kind of Alaska, que contaba lo siguiente:«Uno de los efectos de la L-Dopa administrada en los pacientes postencefalíticos, es la reactivación de síntomas y pautas de conducta presentes en una etapa muy anterior a la enfermedad. Después ponía el ejemplo de una señora mayor, de sesenta y tres años, que tenía parkinsonismo postencefalítico progresivo desde los dieciocho años, llevaba hospitalizada desde los en ella un alivio logírico, permitiendo que el movimiento y el habla fuesen casi normales. Pronto siguió una agitación psicomotora con potenciación de la libido.
Penfield y Perot han podido evocar recuerdos estereotipados estimulando puntos epileptogénicos del córtex, y han deducido de ello que los ataques que se producen de modo natural en esos pacientes, o los inducidos artificialmente, activan “secuencias de recuerdos fosilizada” en el cerebro.
Pero Harold Pinter y sus compañeros creen que su paciente tiene almacenado un número casi infinito de rastros de memoria “latentes”, algunos pueden reactivarse en condiciones especiales.
La reminiscencia forzada parecía ser una excitación, mientras que la reminiscencia incontinentemente nostálgica de la vejez y a veces de la embriaguez, parece más próxima a una desinhibición y un descubrimiento de estros arcaicos. Estos estados pueden “liberar” recuerdo, y todos ellos pueden conducir a una re-experimentación y una re-presentación del pasado.
 

Cap.17: “Un pasaje a la India”
Bhagawhandi P., una muchacha india de diecinueve años, tiene un tumor, un astrocitoma maligno en el cerebro. El tumor se había manifestado cuando tenía siete años pero era de escasa malignidad y estaba bien delimitado, eso permitió una resección y una recuperación completa y que Bhagawhandi hiciese vida normal.
El tumor volvió a aparecer a los dieciocho años pero más expansivo y más maligno. No era posible extirparlo. Se efectuó una descompresión para permitir que se expandiera, ingresó en la clínica con debilidad y parálisis del lado izquierdo, con ataques esporádicos y otros problemas.
Los primero ataques habían sido convulsiones, los nuevos tenían un carácter diferente, no perdía la conciencia, sino que parecía como “ensoñando”.l Dr. Sacks le preguntó que si le molestaban esos “sueños” y ella contestó que no, que era como volver a su país, a su casa.
Los sueños, las visiones, se hicieron más frecuentes, más profundos. Ocupaban la mayor parte del día, la veían arrebatada pero siempre con una sonrisa dulce y misteriosa. Si alguien le preguntaba algo, ella respondía inmediatamente, con lucidez y cortesía, pero las enfermeras de allí tenían la sensación de que estaba en otro mundo. El Dr. Sacks también opinaba lo mismo, pero no quería indagar aunque sentía mucha curiosidad.
Pasó una semana y dejó de reaccionar a los estímulos externos, parecía completamente encerrada en un mundo propio y aún seguía presente en su rostro aquella sonrisa serena y feliz.
El personal decía que estaba haciendo su viaje de regreso y que pronto llegaría. A los tres días Bhagawhandi murió, o mejor dicho llegó, después de completar su viaje a la India.

Astrocitoma
Reminiscencia
Cap.18: “El perro bajo la piel”
Stephen D. un chico de veintidós años que estudia medicina y consume drogas, un día soñó que era un perro y que estaba en un mundo increíblemente rico y significativo en olores. Al despertar, se encontró en un mundo así, con esas cualidades, él decía que era como si hasta ahora hubiese estado ciego a todos los colores y ahora se encontraba en un mundo lleno de color, se había potenciado la visión cromática y también la percepción visual eidética y de la memoria. Pero lo que realmente se había transformado en este nuevo mundo fue la exaltación del olfato. Stephen podía distinguir a todas sus amistades y a los pacientes por su fragancia, por su olor; entraban en la clínica, olfateaba como los perros y podía identificar a los veinte pacientes que había allí. Podía oler las emociones de los demás, identificar las calles, las tiendas, y todo ello por el olor. Experimentaba un impulso de olerlo y tocarlo todo y eso a los testigos les parecía impropio. El pensamiento, la abstracción y la categorización pasaron a resultarle difíciles e irreales, dada la inmediatez perentoria de cada experiencia.
Después de tres semanas, cesó esa extraña transformación, sus sentido volvieron a la normalidad, Stephen se alegraba de haber vuelto pero también decía que era una pérdida tremenda.
Freíd escribió que el sentido del olfato del hombre era una “baja”, algo reprimido en el desarrollo y la civilización. Lo que el Dr. Sacks constata es la universalidad de la inhibición, incluso a nivel perceptivo más elemental: la necesidad de inhibir lo que Head consideraba primordial y lleno de tono-sentimiento, y que llamaba “protopático”. Head dice que quizás deberíamos de ser hombres.




Cap.19: “Asesinato”

Donald mató a su novia estando bajo la influencia del PCP. No tenía ningún recuerdo del hecho. Los detalles del asesinato, expuestos en el informe forense, fueron ocultados al público y al propio Donald. Las relaciones humanas y las pasiones humanas habían sido reemplazadas por una calma extraña. Tras cinco años empezó a salir bajo palabra, se compró una bici, por la cual precipitó el segundo acto de su extraña historia.Bajaba pedaleando por una cuesta bastante inclinada, cuando surgió un coche mal conducido, en dirección contraria; Donald intentó desviarse para evitar el golpe, pero perdió el control y acabó precipitándose violentamente, de cabeza, contra el firme de la carretera.

Sufrió una grave herida en la cabeza y contusión grave en ambos lóbulos frontales, entró en coma, hemipléjico, y así permaneció durante dos semanas, luego empezó a recuperarse y empezaron las “pesadillas”. El regreso de la conciencia vino acompañado de una vorágine y una agitación desagradables, al aclararse la conciencia, se aclaró con ella un recuerdo que ahora resultaba terrible. Donald intentó suicidarse tres veces. Los recuerdos tenían una carga psicótica, provocaban en Donald ideas continuas de suicidio. Ninguno de los médicos había oído o leído nada parecido hasta entonces. Con los electroencefalogramas se comprobó que tenía una agitación incesante, una epilepia profunda, en ambos lóbulos temporales. La mayoría de las experiencias o reminiscencias que describía Penfield eran de un tipo más bien pasivo.

Con el paso del tiempo, las funciones del lóbulo frontal eran ya casi normales y Donald volvió a la jardinería.

 
Cap.20: “Las visiones de Hildegard”

Hilderag de Bingen, una moja, experimentó innumerables “visiones” desde pequeña hasta el final de su vida. Escribió que las visiones las contempla despierta, alerta y con los ojos del espíritu y los oídos interiores, las percibe abiertamente y de acuerdo con la voluntad de Dios. La interpretación de los médicos es que experimentó un chaparrón de fosfenos que cruzaron el campo visual, tras lo cual se produjo un escotoma negativo. Hildegard dice que hay momentos en que se siente la presencia de la armonía eterna, si ese estado durase más de cinco segundos, el alma no podría soportarlo y tendría que desaparecer; durante esos cinco segundos ella vive una existencia humana completa y por eso podría dar su vida eterna sin pensar que estuviese pagando demasiado.


 


Cap 21 REBECA

Rebeca, una chica de diecinueve años según su abuela sique siendo una niñla en añgunos sentido, ella no es capaz de dar una vueta a la manzana, de abrir una puerta con la llave, a veces se pone malla ropa, en fin noparece tener ningún sentido del espacio, se mostraba torpe u mal coordinada en todos sus movimientos, en el unifiorme que le hiceron decía que era una subnormal motriz, pero cuando Rebeca bailaba desaparecia toda esa torpeza.

Rebeca tenia una fisura palatina parcial, los dedos cortos y gruesos, y una mitopía degenerativa grave, era muy timida y retraida, ella tenia la sensación de tener una imagen ridícula. Ella necesitaba que le representasen el mundo en imágenes verbales. Era una retrasada con una capacidad poética inesperada y conmovedora. La primera vez que la vio Dr. Sacks podía determinar y analizar en ella una multitud de apraxias y agnosias, una masa de defectos, deficiencias sensoriomotrices, limitaciones de conceptos y esquemas intelectuales.
 


Cap. 22: “Un Grove ambulante”
Martin A., un hombre de sesenta y un años, ingresó a finales de 1983 tras contraer parkinsonismo y no poder cuidarse por sí mismo. En la infancia había tenido una meningitis casi mortal y eso le produjo retraso mental, impulsividad, ataques y cierto espasmodismo en un lado del cuerpo. Martin vivió con sus padres hasta que ellos fallecieron, después trabajó donde pudo porque en poco tiempo que estuviese trabajando lo despedían por su lentitud, su tendencia a la ensoñación o su incompetencia habría tenido una vida mucho más dura de no ser por su sensibilidad musical y su notables dotes musicales, no hubiese tenido alegría. Poseía una memoria musical asombrosa, siempre había dependido de su oído aunque su voz no estaba al mismo nivel.

Martin quería haber podido llegar a ser como su padre, un hombre cantante muy famoso de oratorios y de ópera, aunque esto no era una obsesión; Martin hallaba mucho placer con lo que él podía hacer que era ayudar a muchos famosos. Gozaba de una modesta fama como “enciclopedia ambulante” porque sabía la música de dos mil óperas, los cantantes que habían interpretado los papeles en innumerables representaciones, los vestuarios, los decorados… Así pues, Martin era un fanático de la ópera y algo así como un “sabio idiota”. El verdadero gozo era participar personalmente en sesiones musicales, cantando en los coros de las iglesias locales. En esas ocasiones, cuando se entregaba a la música, Martin olvidaba que era un “retardado”, y olvidaba toda la tristeza y la amargura de su vida, sentía como si lo envolviese una gran plenitud, se sentía un verdadero hombre e hijo de Dios.

Su memoria eidética no formaba por sí misma un “mundo” ni transmitía ningún sentido con él. Carecía de unidad, de sentimiento, de relación con él mismo. Era fisiológica, daba esa sensación, como un núcleo mnemotécnico o un banco de memoria, pero no formaba parte de un yo vivo real y personal.
Estas hipertrofias prodigiosas de la memoria eidética parecen desalojar a veces al yo real, o competir con él, e impiden su desarrollo. Su mundo era pequeño, mísero, desagradable y lúgubre, era el mundo de un retardado al que habían marginado desde niño y del que se habían burlado, el mundo de alguien que raras veces se había sentido un hombre y que lo consideraban un niño.

Tenía dificultades de adaptación, su hermana dijo que había algo que le corroía y que le estaba destruyendo.
En enero, el Dr. Sacks fue a verlo y se encontró con un hombre muy distinto, claramente apesadumbrado, víctima de un dolor espiritual y físico. Decía que tenía que cantar, que sin ello no podía rezar, después añadió que nunca había pasado un domingo sin ir a la Iglesia, sin cantar en el coro, que fue con su padre y no dejó de ir aún habiendo fallecido su padre, que tenía que ir sino moriría, el Dr. Sacks le dijo que no sabía que echase de menos ir a la Iglesia y que había una muy cerca de la residencia. Martin volvió a ir y allí lo recibieron muy bien. Ya podía cantar, podía rendir culto todos los domingos con música de Bach, podía disfrutar de la tranquila autoridad que se le otorgaba.
Le dijo al Dr. Sacks que eran la única Iglesia de la Diócesis que disponía de un coro y una Iglesia como es debido, la única donde se cantan habitualmente todas las obras vocales de Bach. Al Dr. Sacks le pareció muy curioso y conmovedor que Martina, un retardado, sintiese una pasión tan grande por Bach. A pesar de todas sus limitaciones intelectuales, la inteligencia musical de Martin era plenamente capaz de apreciar gran parte de la complejidad técnica de Bach, el Dr. Sacks se dio cuenta de que no se trataba en absoluto de una cuestión de inteligencia, Bach vivía para él y él para Bach.
Martin tenía dotes musicales “raras” si se las desplazaba de su marco justo y natural.
La maravilla era ver a Martin cuando estaba cantando porque en esas ocasiones quedaba totalmente transformado. Todo lo que era deficiente o patológico se desprendía de él y veías sólo atención y animación, totalidad y salud.
 

 
CAPITULO 23 LOS GEMELOS

Este capítulo trata sobre dos gemelos, ambos autistas, con las mismas lesiones cerebrales. Tienen una capacidad asombrosas para los números, son capaces de averiguar en qué día cayó una cualquier fecha y la fecha de Pascua de cualquier año, además de una gran capacidad memorística para los números, ya sean de tres, treinta o trescientas cifras. Lo más sorprendente de todo, es que no saben calcular, son incapaces de hacer una simple suma o de entender el concepto división o multiplicación, aun así son capaces de calcular las fechas del calendario y Pascua, ni un gran matemático (Carl Friederich Grauss) fue capaz de encontrar un algoritmo para saber el día en el que cae la Pascua, por lo tanto se piensa que es una cualidad innata que tienen.
También pueden contar el tiempo meteorológico y los acontecimientos que ocurrieron en cualquier día de sus vidas, pero los cuentan sin alterarse, como si carecieran de emociones o sentimientos. Tienen una memoria que podría ser ilimitada, pero lo más fascinante es que afirman "verlo", con extraordinaria intensidad.
 

CAPITULO 24 EL ARTISTA AUTISTA

El capitulo titulado el "Artista autista" trata de un joven de veintiún años, llamado José , al que todos catalogaban de retrasado mental. Tenia un aspecto frágil y estaba muy delgado.
Un día el Doctor Sacks empieza a tratarlo y le deja su reloj de bolsillo para que el lo dibuje, ante la despectiva mirada de un hombre que le llama idiota y le menos precia solo por el simple hecho de ser autista. José dibujo el reloj introduciendo todos los rasgos, incluso los pequeños detalles como todos los minutos y el circulito interior de los segundos. Lo único que le sorprendió Sacks fue que dibujo la ruedecilla estriada y la presilla trapezoidal del reloj (que sirve para engancharlo a una cadena) amplificadas y que cada número tenia una medida, un estilo. El objeto dibujado simbolizaba su "sentimiento" .Sacks quedo asombrado ante la rapidez y la minuciosa exactitud de la reproducción y aun más teniendo en cuenta que José había mirado la canoa y luego había apartado la vista. Esto llevaba a la conclusión que José retenía esa imagen es su mente, pero no obstante el no había dibujado una canoa, sino, su canoa, desde su punto de vista, desde su estado de ánimo.José fue trasladado a un pabellón más tranquilo y sosegado en el que habían un número excepcional de especialistas. Sacks fue a visitarlo, y pasearon por el jardín, no hizo falta ni que le diera la pluma José empezó a observar las flores que habían bajo sus pies y dibujo su propia planta. Un autista, un retrasado mental con un don para lo concreto, es capaz de dibujar un pez o una flor con una fidelidad increíble, pero también puede dibujar uno que sea su personificación.


VALORACIÓN PERSONAL

He leído este libro para la realización de un trabajo en y me a parecido muy interesante y además he aprendido muchas cosas nuevas. El libro eran entretenido porque el neurologo explicaba el problema con todos los detalles. yo se lo recomendaria a las personas que les guste la psicología


 
 



 
 
 

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